Angelo Tedesco es un pensionado nacido en Sacco en los años 40 en el período inmediato de posguerra. Encuentre su futuro en Argentina a diferencia de muchos otros que, en cambio, se van a los Estados Unidos y otras partes del mundo. Abandonó el pueblo más extremo del Alto Valle del Calore en 1955 a la edad de 11 años, llamado por su tío Raffaele, que ya había emigrado en 1948, porque la guerra se secó, además de los campos abandonados que también quería abandonar. Angelo llega a Ocean con una licencia de 3er grado, pero cuando se presenta en la escuela lo ubican en la 1ra clase y lo retroceden debido a su falta de conocimiento del idioma español.
A los 15 años, se graduó de la clase 3 y luego comenzó su carrera laboral en una tienda de carne. A los 18 años cambia de trabajo y comienza a trabajar en un taller de carrocería donde permanece durante 22 años. Cuando se libera del empleo dependiente, comienza su propio negocio abriendo un claustro para la venta de periódicos y objetos. Casada Antonieta, de la provincia de Campobasso, la compañía donde trabaja desde hace mucho tiempo, la Farsalto que produce calzado deportivo, es inglesa. Y es en la compañía donde aprende a hablar en inglés. Este hecho será útil cuando decida trabajar en casa como costurera y haga arreglos para dar clases particulares de inglés mientras sus dos hijos crecen.
Angelo y Antonietta dan a luz a Gabriel y Marcela. La niña se convierte en profesora de inglés, mientras que el niño trabaja en el campo de la electrónica. Los dos regresaron a Italia y a Sacco como turistas en 1998 y encontraron un país completamente reestructurado después del terremoto de 1980, pero también con muy pocas personas que permanecieron después de la transferencia a mundos distantes. Angelo todavía recuerda el momento en que la gente se bañaba en los manantiales del Sammaro y que para ir a Roscigno iban por la pasarela de madera que les permitía evitar el vado al pie del río.
Hoy, una ciudad mediana vive en Quilmes. Su nombre hace referencia a los indígenas Kilmes, que se vieron obligados a moverse 1 200 km a pie desde la provincia de Tucumán en el siglo XVII. El nombre deriva del idioma Cacán, ahora desaparecido, y significa “entre las montañas”.